Mis heroínas y mis salvavidas ...

¿Qué sería de la super-woman del Siglo XXI si no nos ayudáramos las unas a las otras? … personalmente no imagino mi vida sin ellas … una llamada de teléfono y todo tiene solución: la hermana que avisa a su marido o tiene tiempo para todo, la incondicional mamá, la abuela que prepara la comida, la amiga que está a la salida del cole, la que se ofrece para un SOS, coche va, coche viene … y todo para que inmersa en esta fuerza laboral podamos pasar desapercibidas como “uno” más y con la conciencia tranquila del deber cumplido para luego continuar dando ejemplo con las virtudes domésticas, para las que las horas del día resultan insuficientes, y la educación de nuestros hijos.

Hace unos días salimos un grupo de “mamis” a cenar, algunas somos amigas desde hace más de una década, incluso dos, mientras que a otras nos ha unido el “cole”. Resulta difícil explicar con palabras cuando una madre con la que sólo has compartido unas horas, nuestras hijas conviven mucho más, se ofrece para que no dudes de una clase extra-escolar pues para eso está ella hasta que tú llegues … gracias Mavi por tu entrega, me emocionaste! Gracias también a Esther, Bea, Elena, Isa, Raquel, Silvi … porque vuestro sentir es el mismo y sólo veis facilidades donde otras nos ahogamos!

Recibimos con júbilo la entrada de nuestra Campanilla en el colegio, lo que no sabía entonces era la suerte que me esperaba. Creo indiscutiblemente en la cadena de favores … con almas tan generosas es inevitable sentir la necesidad de querer ser mejor persona cada día que pasa.

Por todo ello Esthercita … ahora es tu turno y necesitarás de tus heroínas y salvavidas. No sólo te ha tocado sufrir los efectos de esta abominable crisis sino que ahora ilusionada pero intranquila, te enfrentas a un nuevo reto profesional y un horario que no habías contemplado … esa es la conciliación familiar de la que disponemos, arreglárnoslas como podamos! Aplaudo tu valentía y te animo a que lo intentes, con la ayuda de todos cuantos te queremos, la bombonera de colegio que tenemos y por supuesto, tus pequeñines.

Las madres del Siglo XXI tenemos un deber enorme con la educación de nuestros hijos y buscar ese punto justo entre sensibilidad y disciplina por el que filtrarles valores como la honestidad, comunicación, responsabilidad, tolerancia, amor, gratitud, solidaridad … os aseguro que ser madre es el más bello oficio del mundo!

¡Chicas, cuento los días para reunirnos otra vez!