No me sueltes ...


El viento azotaba fuerte mientras el cielo se oscurecía cada vez más, así que corrió al altillo en busca de su viejo ventilador, aquel que un día su papá le regalara para quitar las nubes en los días malos.

Mudita de entusiasmo corrió al encuentro de su compañero de juegos, su gran amigo y contador de historias por eso ella continuamente le susurraba "a mi no me engañas Luis, tú tienes una biblioteca entera en tu lapicero" y él la devolvía un guiño porque seguramente fuera cierto.

Aquella tarde fueron a descubrir olores, esos que deja la tormenta en la tierra, la hierba o la corteza de los árboles. Llevaban tiempo tratando de descifrar a qué olía la lluvia y Luis, fascinado por el mundo animal y los reflejos del agua, llegó a la conclusión que tendrían que salir a pasear con los caracoles.

El bosque estaba precioso pero a la vez le inquietaba su silencio y el trayecto le pesaba en sus altas catiuscas verdes; por fin vio un poquito de luz en aquel punto de fuga y a medida que se aproximaba, adiviniba su silueta, unos cuantos pasos más y empezó a ver sus brazos agitar, otros pocos más y le escuchó gritar "Maaaanuu ... que pensé que no vendrías" ... Manuela no repuso pero se rumió para sus adentros "siempre me dice lo mismo, aun sabiendo que nunca le fallaré ... valiente tontorrón".

Luis madrugó mucho aquel día, Manuela casi sin aliento por el último repecho no pudo ni darle los buenos días porque él enseguida se avalanzó sobre ella y cubrió sus ojos con las manos. "Camina sin miendo Manu, NO TE SUELTO, tengo algo que enseñarte ... a la una, a las dos y a las ...". "Uuuuaaaauu" ... exclamó Manuela, "lo has hecho tú?". Luis había construido una pequeña tienda con palitos, algún día sería un gran ingeniero, lo que más le gustaba era proyectar en papel ... volúmenes, perspectivas ... podía dibujar lo que se le antojara. Ella, admiraba esa faceta suya.

Y así viajaba Manuela con la frente apoyada en el cristal, entre nuebes, sólo quedaba un cambio de aerpuerto más y sonreía recordando a Luis vacíar los bolsillos de su desgastado pantalón ... un lapicero, una goma de borrar, un imán, una minúscula navaja, un trozo de lente ... todo un mundo de ingenio en la palma de sus manos.

Llovía. Casi sin aliento como en aquel recreado último repecho llamó a la puerta (toc, toc ...) perdida en las manillas del reloj trató de calcular los años que llevaban sin verse, más de veinte. La puerta se abrió y se encontró con una sonrisa de abrazo y así se colgó ella de su cuello, mientras él le decía con un hilo de voz "Manu, pensé que no vendrías ..." y asi le susurró ella a él "Calla tontorrón, NO ME SUELTES ... vengo a contarte cómo huele Africa ..." y sin separarse el uno del otro se aproximaron a la chimenea, ya en el suelo, Luis atizó el fuego y Manuela tras descalzarse colocó sus piesecillos a contraluz para entrar en calor ... "los tengo helados" dijo. "Ven, acércalos a mi ..." intervino Luis con toda naturalidad sin despistarse de la lumbre mientras la despojaba de sus medias de lana y empezaba a frotarle con sus manos para que entraran en calor "y ahora, cuéntame Manu, cuéntame los olores de tu vida".

Comentarios

  1. Precioso relato Mela.
    ¿Nos contará Manu como huele Africa? Personalmente me encantaría...

    Besos

    Xurde

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  2. Ante la majestuosa pulcritud de tu presencia

    Confieso que soy el cielo
    El sol,
    Las nubes amamantando el tiempo

    Confieso que las estrellas
    Las dibuje con mis sueños
    Iluminando el firmamento de mis sentimientos

    Que tus cabellos
    Los acaricie palpitando mis deseos,
    Y que tu cuerpo
    Lo transite coloreando mis pasiones
    Elocuentes del que ama

    Confieso que no soy nada
    Ni nadie en este mundo
    Ante la majestuosa pulcritud de tu presencia
    Mujer,
    No soy el que confisca tus besos
    Ni el que marchita tu alma
    En añicos de penas,
    Soy,
    El que respeta tu nombre
    Pintado
    En el firmamento beso del te quiero

    Confieso
    Que soy
    El que emancipa la palabra
    Convirtiéndola en caricia mutilada de ternura,
    Mujer
    Eres
    Luz
    Embarazo creador de lo eterno
    De lo infinito
    Mezclado con el esperma
    Quietud erótica de mi cuerpo
    Ante la belleza emblemática de tu movimiento
    Vida

    Adolfo Payés.


    Con todo mi respeto y admiración ara la Mujer en estas fechas y el mes de Marzo..


    Un abrazo
    Saludos fraternos...

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  3. Querido Xurde ... Manu es muy generosa con las emociones, no dudo que no sólo nos relatará el olor de Africa, sino que seguramente tendrá su esencia impregnada en la piel. Muacc

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  4. Adolfo ... es maravilloooooso ... gracias, me llega como un regalo! Muacc

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