Almas y ventanas...

Cuando paseo por una ciudad, suelo imaginar que llevo unos zancos y voy surcando sus calles desde otra perspectiva, otra menos callejera más intimista.

En el revés de las fachadas está el alma de tantos hogares... es curioso como la luz puede ser el claro reflejo de las emociones que habitan sus paredes: una candil encendido, la luna entre las persianas, el alba, las farolas de madrugada, los rayos del sol al amanecer, el bokeh que deja la lluvia, el sol radiante, la hora azul de la niebla sobre las sábanas, el tungsteno, sombras y contraluces... edificios que orean su interior, contraventanas que apenas se abren, portazos de corriente, balcones con cortinas al viento... otros con la mismísima primavera en su balaustre, otros... fantasmas... ancianos que pasan las horas mirando el mundo desde una galería, hay quienes se asoman en busca de estrellas fugaces, oficinas que sólo disfrutan de la ventana de su ordenador, Julieta espera a su amado, vaho en el cristal... un universo de ventanas, un universo de almas.

Algunas escenas me cautivan, veo mi reflejo en los cristales y avanzo con mis zancos como paso páginas ojeando una revista, cuando algo me conmueve paro... prosigo pero nada se escapa a la retina, nada!