Calor de hogar...

Desde chiquitilla tuve verdadera obsesión por hacer hogar... nuestras circunstancias familiares fueron distintas a todas esas familias de mis compañeras del cole en las que padres, hermanos e incluso, a veces, abuelos comían o cenaban juntos. En nuestro caso, siempre faltaba alguien... si no eran mis hermanas, eran Papá y Mamá... 6.037,2 Kms de distancia fueron los responsables... sin móviles, ni Facebook, ni Skype, ni ná... una radio y la teleoperadora que pinchaba las comunicaciones.

Desde chiquitilla me llamaban la atención las casas de la gente... tuve la suerte de vivir entre diferentes culturas y disfrutaba de sus costumbres y wow... la deco de sus casas! Hubo un tiempo que soñaba con ser decoradora pero yo no era la gran dibujante de la familia, admiraba a mis hermanas y me dije, ésto es para ellas que saben! Qué horror aquello de las proporciones! Acabé estudiando Secretariado... así que quise ser princesa, bailarina, veterinaria, reportera de guerra, decoradora... para acabar siendo Secretaria, Molineta, una lente en la retina y habitar un espacio que late. El sitio, sí, el sitio siempre fue importante para mí.

Desde chiquitilla tengo una carpeta donde almaceno todos esos recortes relacionados con la decoración que me inspiran... qué sudores en alguna sala de espera porque en esa revista desfasada de fecha estaba la foto, la que me había despertado la idea... imagino lo que debe sentir el que roba algo porque hasta que no salía del médico, el corazón se me salía del pecho... con lo fácil que era pedirlo, ahora lo hago... qué narices, mejor... tengo un teléfono maravilloso que el pobre tiene un ajetreo terrible! Cómo sobrevivía con aquel NOKIA? No lo entiendo!
La cocina de Patrito... Suesa (Cantabria)

Desde chiquitilla me gustan las casas con calor de hogar... lo mismo que cuando viajo me mueven más las personas que los monumentos, esa curiosidad me ha hecho vivir experiencias inolvidables en otras moradas que sentí mías. Me pierden los escaparates de las tiendas de decoración, la genialidad de IKEA, pasear por las ciudades y pueblecitos donde puedes saborear la luz que se escapa tras una ventana, el olor a chimenea, un jardín lleno de vida y casas sin persianas ni contraventanas, una cortina al vuelo... me encanta!

Desde chiquitilla sentí que el calor de hogar brota desde el corazón... que mi mirada era la puerta del mundo interior e hice hogar lo mismo entre las bobinas del puerto de mi Barrio Pesquero como en las literas de casa de abuelita Carmina, entre los tableros del aserradero, la oxidada cabina de un camión abandonado o las casitas que construía entre cojines, sillas y mágicas techumbres con cualquier trozo de tela. He sido muy feliz en una tienda de campaña.

Ya no soy chiquitilla y aspiro a ese sitio donde vivir "a gusto": A de alegría, G de generosidad, U de utilidad, S de satisfacción, T de tolerancia y O de orden. Tuve una buhardilla que llevo en el alma, un bunker donde refugiarme que es la casa de mis padres pero cuando miro mi casa sé que soy yo... donde viva seré yo, mi calor de hogar.

Desde chiquitilla tuve un olfato especial para saber dónde estar "a gusto"... ahora que ya no soy chiquitilla entiendo que no son las casas, sino las personas... su esencia se impregna en cada detalle y todo esto para hablaros de esta foto y lo que sentí la primera vez que con curiosidad me asomé a esta cocina... cada vez que conoces a alguien tu vida cambia... entonces apareció Patrito. Hoy tengo un plan con ella... el primero que verdaderamente me apetece desde hace taaaaaanto tiempo! Gracias amiga!

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