Cacaos que saben a tierra molida...

Seguramente os parezca un poco raro pero hoy mi desayuno me supo a bosque, como si el aroma del cacao tuviera olor a tierra molida... son desayunos calmos en medio de las prisas... el viento se para y puedes escuchar la lluvia o sentir el calor del sol... sean cuales sean las circunstancias pero huele a bosque, sí... reconozco esa fragancia...



Regresé a Siurana donde este verano durante el Festival Inspira me sentí tierra... recordé primero las palabras de José Bravo que me taladraron el alma cuando se sentó a la altura de nuestra mirada y más tarde su taller...



Recuerdo a las personas tan bonitas con las que compartí esta experiencia... gracias a todos... en mi vida de ahora no siento obligaciones con las vivencias aunque me puedan las ganas de compartiros estos instantes... a veces necesito un desayuno como el de hoy para traeros conmigo y que recordéis aquellas horas rodeados de árboles y la luz del sol colándose entre los atrapa-sueños... la inmediatez nos hubiera devorado la retina... hoy fluye con el equilibrio de la tierra.





Crearé un álbum con cada pestañeo... ayudadme a encontraros! Con todo mi cariño...


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